"¿Qué es un discurso para Lacan? Trataré de hacer un paneo acerca de cómo se fueron estructurando los discursos desde que aparece una especie sobre la faz de la tierra, una especie viviente que se casa con el lenguaje... "
Consecuencias en el cuerpo y el amor
de un cambio de discurso
Escrito por Silvia Amigo, Psicoanalista
Ponencia efectuada en la Escuela Freud-Lacan de La Plata
Para Diario Literario Digital
Conferencia:
Muchas gracias, les agradezco la presencia, las
invitaciones, es un gusto estar con los amigos de La Plata.
El título de la conferencia a la que
se me invitó es Consecuencias en el
cuerpo y el amor de un cambio de discurso. Le contaba a Silvana en el largo
tiempo que tuvimos de viaje acerca de la importancia de la palabra discurso en
Lacan. ¿Qué es un discurso para Lacan? Trataré de hacer un paneo acerca de cómo
se fueron estructurando los discursos desde que aparece una especie sobre la
faz de la tierra, una especie viviente que se casa con el lenguaje. Se trata
del género homo ―ya antes del sapiens, homo habilis, homo erectus,
luego homo sapiens y luego nosotros
que somos homo sapiens sapiens cromagnones― se casa con el lenguaje. Ahora voy a explicar por qué sabemos ―a pesar de que
no hay escritura, no hay escritura hasta la escritura cuneiforme súmera, que es
alrededor del 4000 a.C.― sabemos que mucho antes había una especia casada con
el lenguaje y es importante que sepamos qué testimonio nos hacen saber que
había escritura aunque no en sentido propiamente dicho. El lenguaje dejaba
huellas "escritas" que nos fueron legadas.
A Lacan le importa el discurso
porque decide una forma de lazo social cómo le hablamos al otro, cómo está estructurado
el Otro (con mayúscula). Y la subjetividad en determinada época está decidida
según pensemos al Otro y según cómo le hablemos al otro. Estos factores han de
cambiar la modalidad del lazo social. El momento en que nace el psicoanálisis
es una época que quiero puntuar porque no es en cualquier momento de la
historia que podría haber nacido el psicoanálisis. Se trata del momento donde despunta
la modernidad, modernidad tallada por el paso cartesiano. Voy a
comentar como el psicoanálisis nace en respuesta a Descartes. Puedo hacerles la
apuesta que busquemos un seminario donde Lacan no habla de René Descartes y
creo que les voy a ganar la apuesta porque habla en todos. Así como lo hizo
Freud sin nombrarlo, Lacan elabora una respuesta a Descartes, pero para eso, si
ustedes me tienen paciencia, voy a contar un poco la organización discursiva desde que el hombre es hombre. Intentaré puntuar qué
invariantes se presentan hasta hoy en día y qué cosas varían. Comencemos por
las invariantes.
Si Lacan afirmó que el analista no
puede dar la espalda a la subjetividad en la época y aún más sugirió que renuncie quien le dé la espalda, es porque
que el Otro que nos constituye no es solamente mamá y papá, cuando hay mamá y papá es importante
(ahora voy a hablar también de la familia, y de qué clase de familia, porque ya
no es tan evidente que sea mamá y papá tradicionalmente). El Otro que nos
constituye no es solamente mamá y papá, el Otro que nos constituye es también
social. El Otro de la cultura donde estamos insertos nos va a determinar
también. Por ende, si damos la espalda a
la subjetividad de la época, vamos a estar dando la espalda al Otro que decide
la subjetividad de nuestro presente. No vamos a saber cuáles son las líneas de
fuerza de su estructura.
Lacan va a decidir dar un seminario
sobre el lazo social, El reverso del
psicoanálisis, luego de la revuelta del mayo del ’68. El seminario empieza
en diciembre del ’69 y se desarrolla en casi todo el año ’70. Ustedes conocen
el problema del mayo del ’68, de hecho se cumplió ahora un aniversario mientras
yo estaba en Grecia ―fui a hablar un poco también de los griegos y el panteón
griego―. Es muy interesante porque la revuelta de los estudiantes se hace bajo
la fascinación que había despertado la cruel revolución cultural china. Ustedes
saben que la revuelta estudiantil ―mayo del ’68― que es idealizada en muchas
latitudes, con su "hagamos lo imposible" y su fascinante y engañoso
"queda prohibido prohibir"― fue hecha como remedo de la revolución
cultural china, la misma que mató a decenas de miles de ciudadanos, también
pertenecientes al partido comunista
chino y a la que adhirieron, a mi juicio, con una frivolidad extraordinaria,
los estudiantes -muy bien situados socialmente- franceses. Lacan firmó las
primeras solicitudes contra una universidad francesa jerárquicamente
establecida y adhirió a la disminución de esas categorías rígidas, pero
inmediatamente, a esos estudiantes fascinados con la revolución cultural los
apostrofó como más adelante comentaré.
En verdad consistió en la suba al
poder de una facción, la de Mao, y tomó
la cobertura de romper con todo con lo antiguo chino. Hace dos años estuve en
China y contaban los guías ―es imposible para un occidental andar solo por la
China, simplemente uno no podría entender los carteles porque no hay nada
escrito en las letras alfabéticas―, que contaban lo que habían sufrido sus
padres la revolución cultural china. Se había perseguido toda manifestación del
arte antiguo ―los jarrones, las escrituras, las fotografías― todo por
considerarlo un arte aristocrático ―y es cierto, los jarrones los tenían las
familias más ricas, pero eso no implica que los jarrones sean fabulosamente
lindos―. Los museos tienen lo que se salvó de la destrucción de todo el arte
que encontraban a su alrededor.
Por
otro lado, también consistió en mandar a los intelectuales al campo a sembrar
arroz para que se proletarizaran. Se trató de un diseño totalitario de la vida
cotidiana en China al de la que hoy hay rastros. Entonces Lacan, que primero
suscribe a la revuelta, recuerda que se había iniciado por razones sexuales. La
revuelta se había iniciado porque no dejaban a los varones de la Sorbona ir a
los cuartos de las chicas, y luego se masiviza yendo contra las jerarquías realmente
rígidas de la Sorbona, que en eso tenían razón ― también tenían razón en dejar
que los chicos y las chicas se reúnan―. Luego aparece la radicalización maoísta.
En verdad estaban apoyando el mayo del ’68 apoyando la revolución cultural. En
Buenos Aires, en la fundación PROA, se hizo una muestra de Wei Wei, el artista
chino, donde gran parte de la muestra son fotos donde están arrojando precisos
jarrones y se ve caer el jarrón ―son secuencias de fotos― y se hace trizas en
el piso.

Cuando Lacan se reúne con los
estudiantes del ’68 les dice que están
denunciando al ―lo voy a decir en francés y me voy a explicar por qué lo digo
en francés― maître, que en español
fue traducido como “amo”. En francés no tiene la connotación de “amo”, es muy difícil
traducirlo (no lo estoy criticando); maître
sería más bien “maestro”. Por ejemplo el maestro pastelero es el maître patissier, el discurso maître es el discurso maître, no es el discurso del amo; no
critico la traducción porque no tengo una palabra mejor. Cuando yo hable del
cambio de discurso, voy a hablar de cómo una hay un cambio del discurso maître de la modernidad en otro, pero la
traducción que ustedes leen es “amo” donde en francés es maître. En francés no tiene
esa connotación y se ha prestado a todo tipo de confusión.
Lacan los apostrofa: “van a tener un
maître mucho más cruel del que están
denunciando”. Les está diciendo “cuidado con aquello para lo que están
luchando, van a invocar a un maître
mucho más cruel". Cualquiera que conozca las pesadillas a las que llegaron
las utopías totalitarias sabrán que tenía razón. Lacan va a dedicar al lazo social y sus
cambios un seminario entero y voy a comentar cómo al final de ese seminario, él
plantea la idea de que estamos viviendo (y estamos hablando del año 1970, y
estamos en el 2018) un cambio del discurso dominante que ya no sería el del maître o discurso del inconsciente cuyo
reverso fue el discurso del analista.
El
discurso del analista, si es el reverso del discurso maître -es el discurso del inconsciente cuyo reverso es el discurso
analítico. No podría existir el discurso analítico sin su inverso. Si el
discurso analítico es el reverso del discurso maître no podría existir sin el discurso maître. Si cambia el discurso maître
de una época vamos a tener que acomodar las cosas para ver si aparece su
reverso. O sea que el reverso del discurso maître
es el discurso analítico. Esto no habla en contra del discurso maître sino que al revés, dice que es
desde ese discurso que se puede encontrar su reverso.
Si
me tienen paciencia, voy a comentar de
forma rápida los momentos (desde el punto de vista de la cuestión discursiva) y etapas que fue transitando la humanidad
hasta llegar a la modernidad.
En
la modernidad se instaura lo que Lacan pasa a llamar el discurso del maître moderno, que es el discurso que
él llama el discurso del inconsciente. Pero no nos equivoquemos, no es un
discurso del malvado con látigos, es el discurso del inconsciente sobre el cual
puede operar el acto analítico para obtener su reverso.
¿Qué
pasa desde que el hombre es hombre? Hay una parasitación del lenguaje que hace
que haya entre la naturaleza y el hombre un muro intraspasable que nos expulsa de
ser seres de la naturaleza; somos solo parcialmente seres de la naturaleza.
¿Cómo lo sabemos? Si ustedes van a cualquier museo antropológico de la Tierra,
por ejemplo, si van a París y se toman el trencito que va a Saint Germain-en-Laye, bajando de la
estación está el museo.
Verán
que en el paleolítico inferior (homo nómade recolector-cazador) hay
construcción de instrumentos de corte y eso requiere para ser hecho de operaciones
de pensamiento. Sabemos que hablaban porque sabemos que pensaban. En el paleolítico
inferior hay nomadismo, no hay ni cultivo de la tierra ni ciudades. Desde que
el hombre es hombre hay, entonces, la conducta de construir instrumentos. Y
además hay rito fúnebre ―eso lo acentúo, hay ritos fúnebres―. Los huesos de los
muertos se marcaban con ocre cocido con el fuego, que lo torna rojo; hay, por
ende, conquista del fuego. El humano no es dejado como carroña para que lo
coman los depredadores, las aves de carroña y los animales salvajes. El humano
aun muerto es nuestro semejante, nuestros muertos son nuestros semejantes. Los
humanos, al alcanzar el lenguaje, se casan con la muerte y consideran al muerto
su semejante. Y cualquier violación a esta ley va a desencadenar un problema,
como lo sabemos perfectamente bien: privar de los ritos fúnebres a los muertos
cosa que los totalitarismos modernos han hecho. Casamiento con el lenguaje
implica reconocimiento del muerto como nuestro semejante.
En
cuanto el hombre deja de ser nómade y se hace sedentario aparece otra
invariante. En el próximo paso del hombre, que es el sedentarismo, al habitar
en ciudades, aparece esta otra invariante ―yo voy a tratar de situar
discursivamente cuáles son las variables― y esa invariante es que en todas las
ciudades hay menhires, túmulos, obeliscos, pirámides: son homenajes al falo.
Hoy hay rascacielos. Los rascacielos son impactantes pero son homenajes al
falo.
El
falo no es el órgano pene, que es el órgano profano ―profano que proviene de phinein que en griego significa lo que
se da a ver, que se muestra― sino que es un símbolo sagrado ― de sacer que en latín quiere decir
separado―, es decir, separado de cualquier órgano profano. ESos monumentos no son
un homenaje al pene, sino a la erectilidad del cuerpo que hace que estemos
erectos contra la ley de gravedad. Mantener esa posición de la identificación a
la erección, es obvio la tienen que sostener tienen las mujeres también. Vamos
a ver además que las mujeres somos transmisoras del falo, por lo cual de ningún
modo es un prejuicio patriarcal. Desde que el hombre habita en ciudades hay
homenajes al falo bajo la forma de menhires, obeliscos, túmulos, pirámides,
rascacielos.
Estas
son invariantes. Hoy las facultades de psicología están llenas de talleres de
despatriarcalización, de feminismo, etc: Hay una confusión enorme entre la
legitimidad de la reivindicación feminista en cuanto a lo jurídico, y las precisiones
psicoanalíticas sobre la diferencia entre quienes se dicen mujeres y quienes se
dicen hombres. Cuando nació mi primera hija yo no tenía ninguna patria potestad
sobre ella, la patria potestad la tenía su padre, yo no. Si mi marido se quería
llevar a mi hija, se la llevaba, no era ilegal. La patria potestad compartida recién se votó en 1987.
Entonces,
una invariable de la cultura desde el paleolítico superior es el homenaje al
falo como símbolo sagrado, no como órgano pene porque como órgano pene es un
órgano profano. Falo y pene no son lo mismo. La discusión del feminismo con el
psicoanálisis es injusta porque el homenaje al falo no es el homenaje al pene.
No estoy diciendo que no tenga razón el feminismo en su lucha jurídica. Debemos
agradecer al movimiento feminista mientras no se confunda con una igualdad de
estructuras, una igualdad de goces entre los que se dicen hombres y se dicen
mujeres.
Otra
invariante cultural es lo que se llama quién es el uno falóforo. Qué quiere
decir “el uno falóforo”: foro viene
del latín ferro, fers, ferre, tuli y latum
―el supino de ferro es latum, de donde provienen traslado,
ferrocarril, transferencia, conferencia, metáfora: yo estoy hablando hacia
ustedes, estoy trasladando la palabra―.
El
falóforo es el que transporta el valor del falo, el uno falóforo. Existe uno que
transporta el valor del falo; va a estar depositado en principio en los dioses.
Los dioses son los falóforos. Y los encargados de la custodia del culto a los
dioses van a ser en principio y, efectivamente, en las sociedades patriarcales,
los padre de familia.
El
padre de familia es el encargado de mantener el culto ―el hogar lo mantienen
las mujeres, la llama encendida del culto lo mantienen las mujeres― pero es el
padre el que va a concentrar el poder, por ejemplo, la patria potestad en la
época antigua, del valor de vida o muerte de los hijos. El padre era el que
decidía si un hijo era su hijo no porque dudara de la fidelidad de su mujer
sino porque si había un oráculo que decía que lo iba a matar se lo mandaba a la
muerte. El padre era el dueño irrestricto de sus mujeres y su prole. El uno
falóforo eran los dioses y luego, pasada la antigüedad, fue el padre.
Otra
vez, para los psicoanalistas es fundamental entender la diferencia que hay
entre una sociedad patriarcal en donde el padre es el genitor muñido de pene,
es el que decide la fuerza falófora; y la necesidad estructural de que haya un
uno llamado padre que mantenga inaccesible la cosa incestuosa, das Ding, el que haga que el cachorro
humano no esté prometido al servicio sexual de la madre, que no sea un objeto
de goce.
En
principio los dioses fueron los dioses de la naturaleza. Thor, el dios del trueno, la diosa de la
lluvia, el dios del río, los que tenían más poder que los humanos inermes en la
naturaleza.
Luego
vienen los dioses del panteón griego, que ya son dioses un poquitito más
genéricos pero aun así son dioses del goce. Para los dioses no rige ni la
muerte ni la castración. Los dioses no mueren, son inmortales. Y los dioses
pueden cometer incesto. El falo, en Grecia, se transformó entonces en un
divisor de aguas. Para los dioses, el falo les permitía copular
incestuosamente; para los mortales, el falo era el símbolo de la prohibición de
la cópula incestuosa. Para los dioses no había muerte; para los mortales había
muerte y el muerto es nuestro semejante. Había culto y hay culto de los
muertos.
Consideremos
la tragedia griega. ¿Cuándo se desencadenaba la tragedia griega? Yo les contaba
que estuve en mayo en Grecia. Hice toda la zona del Peloponeso, que no había
hecho, donde están los templos, los teatros, y todo me llevó a pensar en la
función política de la tragedia―política como intervención de la polis ―. Vamos a hacer una diferencia: hay
un uso noble de la palabra política: es el uso donde uno investiga en qué polis vive y qué significan las
relaciones y el lazo social entre la gente. Otro es el uso mezquino de la
palabra política: quién gana la próxima elección, quien se queda con un puesto
acomodado. No es que a mí no me importe quién gane la próxima elección, pero no
es a lo que un psicoanalista se tiene que dedicar ni se debe dedicar. Sí se
debiera dedicar a una función política en el sentido de en qué polis vivimos, qué lazos nos une.
En
Grecia había comedia y tragedia como modo de educar al pueblo porque no había
escuela y solamente los muy ricos podían pagar un tutor; entonces el modo de
educar el pueblo era la comedia y la tragedia. ¿En qué consistía la tragedia?
¿Qué desencadenaba la tragedia? La hybris
que es la desmesura. Hay desmesura en el momento en que el hombre juega a ser un dios, cree que puede vencer
las leyes de la diké. Están las leyes
de la diké, las leyes no escritas que
hacen que el hombre sea hombre (prohibición del incesto, el culto a los
muertos, el rito fúnebre); y las leyes de la ciudad que es el nómos. De ahí que la falta de ley cree
la anomia.
Examinemos
alguna tragedia que nos concierne, por
ejemplo Edipo. ¿Qué desencadena la tragedia de Edipo? El incesto. La tragedia
de Edipo se pasaba en el teatro donde yo tuve la suerte de pisar, estar, subir
los escalones y escuchar su magnífica acústica. Cuando Edipo conoce toda la
verdad, la verdad de la esfinge, pero que, en realidad, si leen bien la
tragedia, es toda la verdad del goce de la madre porque él se lo procura,
comete hybris. No tardará en llegar
la peste y el arrancamiento de los ojos.
¿Qué
la desencadena? ¿Cuál es la desmesura? ¿Qué ley viola Edipo? ¿Cuál es la hybis de Edipo? Jugar a los dioses,
creer que puede como los dioses cometer incesto ―los dioses griegos, ya vamos a
ver la diferencia con el dios monoteísta porque es muy importante―.

Una
de las hijas de Edipo y Yocasta, Antígona protagoniza otra célebre tragedia. ¿Cuál
es la tragedia de Antígona? Ustedes saben que hay cuatro hijos de Edipo y Yocasta
―Antígona, Ismene, Polinices y Etéocles―. Cuando Polinices
se rebela contra Creonte, este establece un edicto totalmente desmesurado ―ahí
tenemos la hybis― diciendo que los
enemigos no van a ser enterrados. Prohíbe el rito fúnebre sobre Polinices,
hermano de Antígona. Esta, que es producto de un acto contrario a la ley humana,
era producto de un incesto, iba a ver reiterada otra vez la violación de la diké, que era no enterrar a su hermano.
Antígona, contra el decreto de Creonte, entierra simbólicamente a su hermano
―le tira tierra encima― y sabemos que termina enterrada viva por la desmesura
de Creonte. Este puede tener un enemigo, puede matar a un enemigo en la guerra,
pero no puede no enterrarlo, no puede privarlo del rito fúnebre. Antígona, al
enterrar a su hermano, restituye la humanidad a la familia de los atridas. Al
realizar el rito, hace que los atridas por fin entren a la ley de la humanidad,
dado que ella es producto de una violación de la misma ley de la humanidad.
Volvamos a las invariantes. El falo en los humanos
como signo de prohibición del incesto y el uno falóforo. Alguien que tiene que
tomar la función de asegurar ese límite.
El padre en el psicoanálisis no es un
señor que tiene pene y es un genitor. Padre va a ser quien se hace cargo de que
esa prohibición esté a favor del niño, en el sentido de la inaccesibilidad de
la Cosa incestuosa. Y esto va a ser una invariante.
Hay un momento crucial en la historia, que Lacan lo
toma de sus maestros Koyève y Koyré que dice que antes de Descartes se precisa
un acontecimiento para que Descartes sea posible.
El primer pueblo cuyo dios no era un dios del goce
sino el dios de la ley es el pueblo judío. Yo no pertenezco a ese pueblo, pero
es así. Es un pueblo que tiene más de cinco mil años. Es el primer pueblo cuyo
dios es el que baja las tablas de la ley. Justamente es el que no arroga el
derecho a un goce absoluto. El momento en que esos estudiosos postulan el acto
que precede al paso cartesiano es el momento en que el primer emperador romano,
Constantino, se convierte al cristianismo que era hasta ese momento una secta
judía. Ustedes saben que el cristianismo nació como una secta judía. El momento
en que occidente se hace cristiano adopta al dios de la ley en vez de a los
dioses del goce, a lo cual, en Moisés y la religión monoteísta Freud llama
"un paso adelante" en la historia de la civilización. Dios comienza a
ser el dios de la ley. Y sigue habiendo una sociedad donde el culto sigue
estando en manos del varón ―es realmente patriarcal―.
Hay todo un tema con el ser. Para los antiguos todo
tenía un ser. De los griegos en adelante aparece el verbo “ser”: el agua tenía
un ser, las rocas tenían un ser, el trueno tenía un ser, los hombres tenían un
ser, todo tenía un ser. En el momento en que el cristianismo se hace universal
en occidente, el único que tiene un ser es Dios. Es lo que San Anselmo llama Deus entissimus es el más ser de los
seres y el ser guía de todos los otros seres.
Creó el mundo en siete días. Como decía un chiste: “se
nota que lo hizo rápido”. Entonces, tanto en la antigüedad donde todo tenía un
ser; como en el cristianismo donde el ser se concentra en Dios ―retengan esto
porque van a ver el paso cartesiano―, es fundamental entender por qué Koyève y
Koyré dicen que es fundamental el cristianismo como universalización del
monoteísmo judío para entender lo que hizo Descartes.
¿Por qué no había ciencia moderna antes? Por ejemplo,
los griegos. Ellos estudiaron cosas increíblemente importantes, estudiaron el
teorema de Thales, el teorema de Pitágoras, la inconmensurabilidad de la raíz
cuadrada de dos, pero jamás hicieron con eso máquinas productivas. Los fines de
la ciencia griega eran exclusivamente contemplativos mientras que vamos a ver
con Descartes fines de construcción de máquinas productivas, es decir que la
ciencia se usará para algo productivo mientras que la ciencia griega era contemplativa,
cosa que deja estupefactos a todos los científicos que no tienen formación
filosófica.
Entonces, una vez que el mundo antiguo tiene
concentrado el ser en Dios, ser supremo, es El quien emana Su ser a la
naturaleza, la protege porque es Su criatura así como al hombre lo protege
porque es Su criatura. Lo que implica entonces que está prohibido investigar la
naturaleza, lo que hay que saber está todo dicho en los libros sagrados. En
esas condiciones no puede haber investigación científica.
En el renacimiento empieza a aparecer Galileo que dice,
por ejemplo, que el sol no gira alrededor de la Tierra como dicen las sagradas
escrituras sino que la Tierra gira alrededor del sol; que enuncia que hay una
ley que dice que lo que está en movimiento tiende a seguir en movimiento, que
lo que está en reposo tiende a seguir en reposo, contrario a la evidencia de
los sentidos. Ustedes saben que fue acusado de herético, que tuvo que retractarse.
La historia es muy graciosa, dijo que la Tierra no se movía y cuando sale de
rectificarse ante la Santa Inquisición dice “y sin embargo, se mueve”.
Bueno, ¿qué hace Descartes? Descartes formaliza al salto
galileico como Kant va a formalizar el salto de Newton. Los filósofos vienen a
dar una formalización a los pasos de las ciencias.
Descartes va a comentar que no cree lo que dicen sus
sentidos ni su intuición. Va a decir que no va a creer lo que dicen las santas
escrituras, que está todo bien, pero que no va a creer en nada salvo en el que
piensa. Lo único que sabe con certeza es que duda, pensando, y de ahí va a
decir que hay sustancia pensante y sustancia extensa. Ser pensante y ser
extenso. ¿Quién tiene el ser, si el ser es el que piensa? Le expropia el ser a
Dios. El ser lo tendrá el hombre, el pensante. El giro de Descartes es un salto
enorme, que crea la modernidad.
En la antigüedad, hasta Descartes, regía lo que Lacan
llama el amo antiguo. Este era el falóforo el que puntuaba el saber del esclavo.
Si se leen los diálogos de Sócrates se verá cómo Sócrates creyendo que el
esclavo ya sabía y que él hace traer la reminiscencia, es el que puntúa un
saber y lo hace fórmula, lo matematiza.
Descartes va a crear con “pienso, luego existo” la
ciencia moderna. La naturaleza ya no es criatura de Dios entonces se puede
investigar, el cuerpo humano ya no es criatura de Dios entonces se lo puede
investigar. Da lugar al sujeto moderno, que es el sujeto de su pensamiento
―Hamlet que duda, por ejemplo, es el sujeto moderno―. Con ese pensamiento se
crea la ciencia moderna que actúa sobre esta sustancia extensa que ya no está
protegida por la divinidad. Entonces la ciencia se aplica a crear máquinas
productivas, una de las primeras es la imprenta. El primer libro que se imprime
es la Biblia, que hace que la palabra de las sagradas escrituras alcance a
cualquiera, que no necesite de las jerarquías de la Iglesia para ser
interpretada, con lo cual nace la reforma protestante. La primera Biblia, en
inglés, la de Tyndale. Si bien la de Lutero era anterior, la Biblia de Tyndale es
la que empieza a leer todo el pueblo inglés en idioma inglés. Hay una serie en
Netflix que se llama Wolfhall, que es el nombre de un palacio, donde bajo la
anécdota de Enrique VIII y su mujer ―tienen la telenovela para divertirse, yo
también me divierto con la telenovela― en realidad muestra la tensión entre el
catolicismo y el protestantismo, entre el amo antiguo y el amo moderno. El
protestantismo es la religión de la modernidad, aunque provenga del
catolicismo. Con las máquinas productivas hay un excedente de la producción, lo
que va a generar el capitalismo. El primer ministro Cronwell a conseja a
Enrique VIII que no haga la guerra, que no le conviene, es muy caro. Le sugiere
el trading, el mercadeo, intercambio
comercial.
Entonces, aparece el sujeto moderno, la ciencia
moderna, el protestantismo y la revolución contra el rey, porque si el rey era
rey por gracia divina y Dios ya no tiene ser, no tiene sentido la unción del
rey. Acaecen la revolución burguesa, sea con guillotina como fue en Francia,
sea parlamentaria como fue en Inglaterra. O sea que se entroniza otro discurso.
El discurso que se va a entronizar es lo que Lacan llama el maître moderno y que él lo va a escribir
con estas ―voy a hacer muy poco de gráficos y de cosas complicadas― pero este
es el discurso donde el uno falóforo puntúa el saber como medio de goce, extrae
de ese saber el objeto a y deja en
lugar de la verdad al sujeto. Arriba de la barra de represión están los
significantes y abajo lo real del sujeto, lo real del objeto.
Sobre este discurso va a operar el análisis y va a ser
el reverso, va a poner dos veces lo real por encima de lo simbólico. Ya llegaré
ahí. Entonces, Dios va a quedar en un lugar distinto en ese sistema. Descartes
no va a decir nunca que Dios no existe, no solo no lo va a decir, va a crear
una prueba de la existencia de Dios ―hay que leerlo, es largo y es aburrido de
contar― pero lo va a dejar no como deus entissimus,
como dios ser, sino como dios de cara ante la verdad, deus verissimus. En las corporaciones se dice cuando alguien se
quiere sacar de encima a alguien se dice “lo pateo para arriba, lo nombro
gerente general de todas las sucursales del universo y lo pongo como consultor
y lo saco del medio, le pago el sueldo”. Lo dejó arriba, como garante de la
verdad y abajo hacemos lo que queremos con el saber. La pretensión de Descartes
era la mathesis universalis, o sea, matematizar toda la naturaleza. ¿Qué quiere
decir esto? Simbolizar todo lo real. Es a esto lo que el psicoanálisis va a
responder diciendo no todo se puede simbolizar. El psicoanálisis aparece como
reverso de un discurso que no podría haber aparecido antes de que la modernidad
se entronizara.
Ustedes me dirán, ¿antes había inconsciente? Y yo les
digo ¿en qué sentido, en el descriptivo o en el sentido dinámico? Si el
analista forma parte de la noción de inconsciente, antes ¿qué es lo que pasaba?
Voy a citar un sueño de Alejandro Magno. Sueña que un sátiro baila sobre su
escudo durante el sitio de la ciudad de Tiro. Llaman al onirocrítico de la
corte. Le daban al sueño una función oracular, un valor adivinatorio. Y él interpreta:
sa-tiros, tuya es Tiro, tuya es la ciudad. ¿Eso es psicoanálisis? No. Porque
nunca sabemos que lugar ocupaba la neurosis infantil de Alejandro, por qué
Alejandro no podía parar de conquistar el mundo conocido de occidente hasta que
la muerte lo detuvo, porque lo detuvo la muerte a los 33 años después de haber
conquistado casi todo el mundo conocido. O sea, podemos decir que había
inconsciente en el sentido de un no consciente, pero en el sentido dinámico
donde el analista forma parte de la realidad del inconsciente no.
Entonces, lo que hace Freud en la época de la modernidad
es la única respuesta no oscurantista al discurso totalizante de la ciencia.
Los oscurantistas existieron siempre para poner freno a la modernidad; por
ejemplo el tarot, las sesiones de espiritismo, etc. Freud quiso que el
psicoanálisis jamás tuviera que ver con el oscurantismo por eso mismo se
deshizo de Jung que no solo era el que podía afirmar, porque era protestante,
que el psicoanálisis no era una ciencia judía sino porque además tenía una
fortuna personal. Podía proveer al psicoanálisis no solamente el prestigio de
no ser ciencia judía sino de muchísimo dinero. Se desprendió cuando Jung
comenzó a hablar de los arquetipos, las mujeres que andan con lobos y esas
cosas locas. Si cortó con su mayor proveedor y su garante de legitimidad; es
porque debía de haber algo importante. Entonces, el psicoanálisis como
respuesta no oscurantista, como una respuesta racional a una pretensión
totalizante, que es la pretensión de que todo se puede simbolizar, todo se
puede educar, todo se puede gobernar. El psicoanálisis le responde a esa
pretensión: no todo se puede simbolizar, la cosa, das Ding, no se puede simbolizar, resiste a la simbolización. Va a
poner lo que queda debajo del discurso del maître,
que es el discurso del inconsciente, arriba y hace passar dos veces lo real por
encima de lo simbólico que se puede ver en los nudos borromeos como el anillo
de lo real sobre el anillo de lo simbólico. No podría haber reverso sin su
anverso. Cómo podríamos funcionar si no está operando el discurso del
inconsciente.
Al final del seminario donde Lacan examina los
discursos hay un apartado que se llama “El reverso de la historia
contemporánea” donde Lacan empieza a preguntarse si sigue siendo hoy válido que
el discurso dominante es el discurso de la modernidad sobre el cual había
nacido el psicoanálisis como límite al poder enceguecedor de las luces al
simbolizarlo todo, al querer educarlo todo, al querer sacar provecho de todo,
al aprovechar el tiempo (“time is money”),
toda la épica protestante. El psicoanálisis va a poner un freno a esa locura
diciendo que por supuesto se tiene que tematizar y simbolizar, sí, pero no todo.
Querer simbolizarlo todo hace que, por ejemplo, Kant, otro filósofo moderno, escriba
la crítica de la razón pura: Newton no descubrió la ley gravitación universal
por observar por el telescopio sino por pensar. Hegel, el máximo de los modernos,
postula el saber absoluto.
A eso responde Freud: todo no porque toda la verdad es
el incesto, no se puede saber todo, hay un incognoscible que sería el goce de
la madre, hay un límite que es el muerto que es nuestro semejante, hay un borde
y cualquier traspaso mantiene la invariante de que el hombre es hombre.
El falo y el uno falóforo, invariantes de la humanidad,
tendríamos que ver hoy cómo actúa pero
no pueden desaparecer.
Al final se ese seminario Lacan comienza a preguntarse
si seguimos viviendo en una época donde el uno falóforo está encarnado en el padre
edípico, si la familia sigue teniendo el valor de la familia clásica era donde
la madre tomaba al niño como significante de su falta y el objeto de su goce, y
el padre era el uno falóforo, el que ponía en funciones el valor invariante del
falo como límite al incesto. ¿Sigue teniendo vigencia esta combinatoria o estamos
ingresando en otra era, entrando en otro discurso?
Lacan se va a debatir bastante en preguntarse en ese
seminario, en El reverso del
psicoanálisis, si será el discurso universitario, donde el saber es el
agente, el nuevo discurso dominante. El saber todo, el saber absoluto de Hegel.
Lacan estudió en profundidad a Hegel, que es , digamos, la exacerbación de la
modernidad. De allí toma deseo de reconocimiento como otra cosa que el
reconocimiento del deseo al que apunta el psicoanálisis. El deseo se reconoce
en el reconocimiento que el otro hace de nuestros deseos. El saber absoluto es
el punto nodal de la crítica a este filósofo. Y en su Filosofía del derecho es el
Estado el que tiene el saber absoluto, que es la idea base de todos los
totalitarismos. Es un Estado que tiene que cuidarnos, darnos lo que necesitamos
y además decidir nuestra vida. La idea de un estado hipertrófico y omnisciente es
hegeliana.
Lacan al final de ese seminario, busca una respuesta y
una intervención política que intenta describir cuál es el lazo social hoy, y
va a hablar en ese apartado sobre el reverso de la vida contemporánea. Refiere
sin citarla a La Comédie humaine de Balzac. El último tomo se
llama “El reverso de la vida contemporánea”.
Antes
de comentar por qué creemos que glosa a ese libro, comentaremos que según el
analista francés estamos viviendo en los surcos de la alethósfera. ¿Qué diablos son los surcos de la alethósfera?
Pensemos: nosotros estamos acá sentados. En estos momentos pasan por el aire
mensajes de whatsapp a sus celurares ―al
mío también―, en este momento, con toda seguridad, hay drones que están pasando
por encima nuestro, en este momento, con toda seguridad hay un google maps, que es un satélite que
puede situar exactamente la dirección desde donde les hablo. No se trata de
negar la utilidad de la ciencia. Estamos surcados por información que pasa ―por
supuesto también wi-fi, supongo que acá hay wi-fi―, estamos en los surcos de la
alethósfera.
¿Y
qué es la alethósfera? Vamos a ver los trucos de Lacan, que no nos facilita
mucho. Lethosa... ¿qué es una lethosa? Va a decir que los humanos
viven en el medio de la alethosfera consumiendo lethosas. Veamos las raíces de
dónde proviene el neologismo ¿Qué quiere decir lethein en griego? Quiere decir
olvidar. Letheo, de hecho, es el río que cruzaban los muertos en la antigüedad,
en el que había que llevar la moneda para el barquero, donde uno olvidaba su
vida anterior, su vida de hombre sobre la tierra y pasaba al averno. Ousia es sustancia; aletheia es verdad
como desocultamiento. ¿Qué son las lethosas? Son objetos hechos para olvidar,
sustancias hechas para olvidar la verdad de lo que deseamos. Volvamos a la
preocupación de Lacan: ¿cuál es hoy el discurso dominante que ya no sería el
del maître, que es el discurso del
inconsciente del cual el reverso es el psicoanálisis? Y si el discurso
dominante está cambiando, con el cambio de lazos sociales que este condiciona, por
ejemplo, la familia edípica como núcleo del lazo social, tenemos que saber si
hay otro discurso porque vamos a operar sobre otra combinatoria discursiva.
En los surcos de la aletósfera...¿ese es el discurso
donde nació el psicoanálisis o ya es otro discurso? Estaríamos ahora nosotros
viviendo en una tensión entre el discurso de la modernidad cuyo límite puso el
psicoanálisis con su intervención y otro, nuevo, que habría que poder
definir.En este seminario no encuentra el discurso que estaría desplazando al
del maître. La
entrada del discurso del psicoanálisis decidió no solamente la práctica
nuestra, sino gran parte de nuestros lazos sociales. Nosotros interactuamos con
amigos, familiares y conocidos que
también se analizan, nuestros chicos se analizan, nuestros amigos se analizan, en
otras latitudes que visitamos también lo hacen. O lo hacían, pues con el
discurso totalizante de la ciencia se entronizó en los países anglosajones, en
gran parte de Europa y aumque no lo parezca también en Argentina La T.C.C.
(terapia cognitivo-conductual). Aún así el psicoanálisis cambió la cultura,
cambió el teatro, cambió la cinematografía y la literatura. Véase solo a título
de ejemplo ese gran clásico que es Psicosis
de Hitchcock. Es una maravilla que no existiría sin el psicoanálisis, sin
que el director haga ninguna alusión directa.
Lacan, pues, se pregunta si estamos viviendo en los
surcos de la alethósfera o si
seguimos viviendo en el mismo discurso que creó la familia edípica sobre la
cual actuamos los psicoanalistas. Y si no fuera así...¿cuál sería ese discurso
y cómo sería la familia que ya no sería la familia edípica clásica, cosa que es
absolutamente visible en lo que nos vemos cotidianamente? El sábado pasado fui
a cenar a casa de unos amigos. Una de las parejas tiene un hijo casado con un
señor. Ambos dejaron su semen en una donante de óvulos en un vientre portador
en Estados Unidos y tuvieron mellizos. Eligieron los embriones primero para
tener una nena y un nene y volvieron a Argentina después de trámites legales. Ninguno
parece ni psicótico ni perverso ni nada malo les auguro a sus chicos. Pero
esa no es ya una familia edípica clásica.
La pregunta sería: ¿sigue siendo la familia edípica
clásica el núcleo del entramado social? En algunos casos sí, claramente, y en
otros no. Tendremos que ver ahí como la invariante falo, el uno falóforo, para
que esos chicos entren en la neurosis, van a seguir actuando o no. Tenemos que
preguntarnos eso. No podemos alarmarnos porque no sirve de nada, sería pelear
contra lo real. Entonces, ¿quién permitió que esos chicos llegaran acá? El
discurso de la ciencia si no, no habría embriones, no se podrían elegir. No
estoy diciendo “qué horror, qué espanto”, no, pero estoy diciendo que esa puede
ser otra familia donde habría que ver, y somos los psicoanalistas los que en
vez de pegar gritos de alarma tendríamos que ver cuáles son las funciones del
falo como limitante del goce y cuál sería el uno falóforo que haría inaccesible
la cosa incestuosa aun en esos tipos de familia ―homoparental, monoparental,
transexual―.
Pero insistimos... ¿cuál es el nuevo discurso? Lacan
va a aproximar una respuesta en otro seminario, inédito, El saber del psicoanalista y no es casual que ponga ese discurso en
el saber del psicoanalista. ¿Qué tiene que saber un psicoanalista? Por
supuesto, no todo, pero hay cosas que tiene que saber como por ejemplo cuál es
el discurso dominante que en determinado momento decide la subjetividad.
Volvamos a la cita implícita del libro de Balzac. Si
vivimos en los surcos de la alethósfera
Lacan va a decir que vivimos regidos por una neoformación, una neoplasia, en
una transformación del discurso maître.
Lacan va a decir que se produce una malformación donde se invierten el lugar
del uno falóforo y del sujeto y se crea este discurso, si se puede llamar
discurso, porque vamos a ver el problema que en el amor y en los cuerpos que
produce,
Lo que él llama ―se prestó a todas las barbaridades
de uso político partidario― discurso del capitalista. En ese seminario va a
decir, para poner restricción al uso partidario de esto, va a decir que reina
en forma irrestricta en los países de la órbita marxista ―lo estoy citando, es
la clase del 4 de mayo de 1972, lo pueden buscar―es decir, en donde se pretende
una sociedad científica, donde el Estado sepa y provea de todas las lethosas que necesitamos donde se olvida
que podemos querer cosas que no sirven para nada, que tenemos derecho a tener
cosas que no sirven para nada salvo para impulsar nuestro deseo.
En este discurso se ha roto el par ordenado S1 S2.
Ese uno falóforo, el que pone el límite al saber. Voy a citar a Lacan: “S1
puntúa el saber, S2 como medio de goce y emite la castración hacia
los medios de goce". Al romperse el par ordenado, el significante maître, bajo la barra, no se conoce, y no puede castrar a un saber hipertrófico.
Un saber hipertrófico que pretende saberlo todo―recuerden que el psicoanálisis
es la ciencia del no saberlo todo. Y de ese no-todo, lejos el psicoanálisis de
ser un discurso patriarcal va a acentuar, sobre todo con Lacan, que es la
mujer, las que se dicen mujeres no las que nacieron con un cuerpo
anatómicamente femenino, son las custodias del no todo. Es decir, la mujer es
el lugar de la custodia de lo real, lo llama la hora (l´heure, leurre) de lo real.
Por eso, a las mujeres se las dice mujeres se las difama (dit-femme) porque son las que le ponen un límite al todo saber del
Otro. Hegel llamaba a las mujeres la eterna ironía de la comunidad, se ríen del
que cree que se las sabe todas. Entonces, este discurso del capitalista, al que
prefiero personalmente lamar discurso totalizante de la ciencia, rompe el par
ordenado. El saber hipertrófico produce, en vez de objetos de deseo, lethosas, es decir, gadgets para consumir olvidando la verdad de nuestro deseo. Y al sujeto lo transforma
en consumidor. Es un consumidor que Lacan va a llamar proletario generalizado,
no importa que sea rico o pobre. ¿Por qué proletario generalizado? Porque es un
ganapan que quiere obtener más dinero para obtener más lethosas, es decir, más objetos que sirvan para olvidar la verdad
del deseo. Entre esos gadgets también
está el cuerpo del otro, el cuerpo de otro para usarlo como una lethosa que finja, que cubra, la falta
de relación sexual.
Ese saber hipertrófico de la ciencia, personalmente,
para evitar el uso partidario del discurso capitalista, prefiero llamarlo
discurso totalizante de la ciencia. La ciencia es bienvenida por cualquier
analista sensato, el discurso totalizante de la ciencia es forclusivo pero no
es cierto que la ciencia forcluye al sujeto. Lacan nunca dijo que la ciencia
concluye al sujeto. Es más, con Descartes, Lacan dijo que la ciencia crea al
sujeto como correlato antinómico porque el sujeto con su goce arruina la
elegancia matemática de la ciencia. Yo misma caigo en las antinomias de la
ciencia. Para mí, como el fútbol no me importa ―perdón, todos a los que les
importa, discúlpenme― Maradona para mí es un gordito drogón y pedante, sé que es
un genio del fútbol. En cambio Charly,
también es pedante y drogón, no es gordito, pero es un genio porque me encanta
el rock e hizo himnos. Por ejemplo Demoliendo
hoteles es lo más, pero mi goce arruina la lógica matemática de mi
pensamiento. Charly también es drogón pero me encanta, me parece un genio. Mi
goce arruina el valor de la cuenta y me pongo como ejemplo porque no es que les
pasa a los demás.
Este discurso totalizante de la ciencia ya sería
otro discurso donde tendríamos que ver
cómo podríamos hacer entrar el discurso analítico que ya no sería el
reverso de este discurso. Tendríamos que operar de forma tal de poder hacer a
quien esté en este discurso de cambiar la combinatoria, sacarlo y ponerlo en
otra posición con otras herramientas y teniendo en cuenta el lazo social.
Volvamos ahora a la relación sexual. Si el discurso
hipertrófico de la ciencia cree, imagina crear objetos que cubran todas
nuestras necesidades es que cree que puede subsanar el no todo, que puede haber
relación sexual. Lacan va a decir que lejos de crear un plus de gozar las lethosas producen una falta. Cuanto más
consumimos, más nos falta, produce un consumo que nos hace querer más y más. Si
el amor suple la falta de relación sexual, si el amor viene a suplir, es la
definición del amor, que nos mantiene unidos a seres a los cuales de todas
maneras no los vamos a satisfacer. Es el amor. Si el amor suple la falta de
relación sexual, en un discurso donde se cree abolir esa falta, el amor es
superfluo. Y el lazo social que está basado en el amor ―el amor no solo de
pareja, el amor sexual, el amor es el amor de la amistad, el amor entre
colegas―en un discurso que no necesita del amor porque el amor viene a suplir
la falta de relación sexual, el amor viene a suturar el estallido del universo
de discurso, es decir, donde no hay grieta no hay necesidad de amor.
Hay también una consecuencia en un cuerpo, que puede
ser rebajado a una lethosa, que puede
ser consumido. Y cada vez se necesitan de más cuerpos porque de todas maneras se
crea la falta del último hallable, el
último cuerpo perfecto, la última cirugía o lo que fuere.
El amor empieza a tornarse superfluo y el lazo
social se desmorona, y se constatan soledades amontonadas en vez de lazo
social. En las grandes masas que describen, por ejemplo Hopper, los cuadros de
Hopper, que son el hotel americano del medio oeste con la gente que está sola.
Es la soledad de la gran masa americana, que muy pronto puede ser la nuestra. O
las calles de Tokyo donde todos caminan sin mirarse ni tocarse. No estoy
haciendo ninguna crítica, estoy diciendo que alarmarse no sirve de nada, dar
gritos de escándalo tampoco, pero no podemos desconocer que hay una convivencia
de la familia edípica con las familias ya no edípicas, de lazo social cambiado
por multitudes de soledades amontonadas, que hay lethosas en lugar de objetos de deseo, pantallas en lugar de
objetos de deseo. Todos necesitamos pantallas, ilusiones del objeto al que
podamos amar. Entonces, el amor se torna superfluo, el cuerpo se torna un gadget, una lethosa.
¿Qué podemos hacer los analistas? Lacan en la Proposición
del 9 de octubre habla de una función del analista en la extensión, es decir,
en la polis, que no quiere decir que
el analista tome partido en la puja electoral, eso es una locura. El analista
no puede hacer eso. Sí puede, y entonces debe, intervenir en el lazo social
tratando de ver cuál es la subjetividad de la época.
Hay tres puntos en los que Lacan habla de que el
analista tiene que contar en el lazo social en el psicoanálisis en la
extensión. Una: en lo simbólico trabajar sobre si sigue siendo la familia
edípica el núcleo del lazo social. Y yo creo que hoy ya no es solo la familia
edípica. Dos: el retorno por desesperación de un mundo de soledades amontonadas
al padre ideal con el fundamentalismo religioso, que se ve perfectamente en el
fundamentalismo islámico, en las sectas evangélicas, que están ganando terreno enormemente,
y en el fundamentalismo judío. Yo tengo pacientes que no pueden cenar con sus
hijos porque no comen kosher. Habiendo sido laicos toda la vida, se refugian en
un dios ideal, en un padre ideal ―padre-dios― para salir del desamparo. Y
finalmente en lo real, la segregación, que es lo que se llama cuarto mundo, que
son los homeless de todos los mundos.
Vamos al primer mundo, los homeless
de New York son el cuarto mundo.
Hoy le decía a Silvana que siempre en los atascos de
la autopista me imagino una lluvia ácida y mutantes que vienen al auto de un
mundo distópico que se avecina. Esa gente que se cae de un sistema donde es la
segregación que genera el discurso de la ciencia. Esto pasa en el momento
histórico en un viraje que es el mundo de la computación, donde en
economía no hay más stock, donde el
capitalismo ha virado a capital no financiero. Yo no sé qué significa porque
está en investigación. Lacan pregunta cuál es el discurso y ahí es donde habla
del reverso de la vida contemporánea.
Les cuento dos palabras y termino. ¿Qué es lo que
cuenta “El reverso de la vida contemporánea”? Es una ficción de Balzac que
sitúa la obra en el momento de la revolución francesa, es decir, el momento en
donde la antigua aristocracia, donde el rey Luis XVI era el rey por gracia
divina, que es destronado por la revolución francesa con sus guillotinas, sus
Robespierre, sus Danton. Entonces habla de una cofradía que se llama Les frères de la consolation, Los
hermanos del consuelo, dirigidas por la baronne de la Chanterie, que se dedican
a ayudar a los nobles arruinados no solo económicamente sino simbólicamente.
Son los que se defienden de caer en décheance
(ruina, pero no solo económica).
Apliquemos
una regla de tres. Así como en ese libro Les
frères de la consolation intentan mantener algo del régimen aristocrático
en pie... ¿no somos los analistas los que tratamos de volver a poner en un mundo
donde la familia edípica se desmorona
como núcleo del lazo social las invariantes de la humanidad sobre el nuevo
discurso?
Pueden haber todas las cirugías estéticas, todos los
avances de la medicina pero no vamos a abolir la muerte. Podemos diseñar hijos a
medida pero nunca debieran a ser objetos de nuestro goce incestuoso. Hay
avances muy importantes en los test prenatales que detectan enfermedades. Pero parece
problemático que lleguemos decidir si un chico va a nacer con ojos azules, verdes o marrones, con
determinadas características de lo que a los padres les venga en gana. Cuando
en verdad un niño debiera ser un enigma para sus propios padres.
En China donde la política demográfica del estado
totalitario prohibía tener más de un hijo, es decir, les negaba toda ayuda
económica a las personas que tuvieran más de un hijo, les negaba el colegio
gratuito, hubo cientos de miles de femicidios porque no querían tener hijas
mujeres, con lo cual, como se podía tener un solo hijo, se realizaban exámenes
prenatales, abortaban a las chicas. O peor, las mataban apenas nacidas si la
familia no podía pagar esos exámenes. Consecuencias: dado que lo real siempre
se venga ante el intento de dominarlo, se quedaron sin mujeres, habían millones
de chinos sin esposas, lo que creaba un problema demográfico espantoso.
Debiera de establecerse un límite hasta donde la
ciencia puede operar y dónde debe detener su avance totalizante. De eso podemos
alertar los analistas. Creo que estamos viviendo en los surcos de la alethosfera, en medio de la tensión
entre el discurso de la modernidad y el discurso ―lo vamos a llamar así― de la
posmodernidad.
Siendo el psicoanálisis un "hijo de la
modernidad y de René Descartes" (así lo postuló, y acordamos con ello,
Lacan) es claro que la supervivencia del discurso analítico depende de que
estemos a la altura de operar sobre este cambio. Ni ignorarlo, ni
escandalizarse, actuar allí. Si así lo hacemos podremos intentar lograr, uno
por uno en nuestros consultorios, y en intervenciones acotadas en la polis, que
las invariantes del falo y el uno falóforo que vienen desde el paleolítico
superior y atravesaron todas las épocas
de la cultura sigan organizando la humanidad del hombre.
Y respecto del Padre, debemos recordar que no se
trata de un señor muñido de un pene que vive en una casa sino del garante de la
inaccesibilidad de la cosa incestuosa. Los analistas debiéramos intentar ser
capaces de poner estas invariantes en funciones en una familia no edípica
tratando de limitar el retorno padre ideal y tratando de no caer en la
segregación. Es un desafío para que el amor tenga algún lugar en nuestra
existencia y para que el cuerpo sea otra cosa que un mero gadget
o una lethosa a ser gozada fuera del
lazo del amor y el deseo.
Preguntas
y comentarios
Pregunta:
-Gracias Silvia y gracias por el esfuerzo. Te quería
preguntar entonces si la posibilidad de pensar la propuesta que nos acercás, si
no es que más que el reverso del discurso sería la regulación del discurso. Una
operación que no va tanto por el lado del reverso sino primero la regulación
para después poder encontrar cuál es el reverso.
Respuesta:
-Sí. Les doy un ejemplo que trae Lacan con otro
momento. Por ejemplo, ustedes saben que Francia tenía colonias en África ―Côte d’ Ivoire, Costa de Marfil, Senegal
y otras―. Lacan comentaba que como la Costa de Marfil, por ejemplo, vivía en el
paleolítico superior cuando fue colonizada por la modernidad, constataba que
allí no tenían complejo de Edipo porque ahí el uno falóforo era el dios tribal
y él prohibía y prescribía derechos y deberes. Listo. No se necesitaba en la
casa. Cuando vienen a Francia tienen complejo de Edipo porque cambió el Otro
cultural.
Lo primero que hay que hacer es una reacomodación de
discurso. Si no se pone en juego el discurso del inconsciente, no hay manera de
lograr su reverso. Claramente, tenemos que volver a poner en juego falo y uno
falóforo, S1, S2, a
como objeto perdido de deseo, sujeto como saber en lugar de la verdad, etc., y
ahí podemos empezar a trabajar. Pero no podemos alarmarnos de que esto exista.
Pregunta:
-Silvia, vos decías sacar [inaudible] acerca de la acción política del psicoanalista
Respuesta:
-Se trata que en tanto analista no hay lugar de
intervenir sosteniendo un bando en una lucha de facciones. Es uno por uno que
se sale del discurso del capitalista dentro del consultorio. No se sale de ahí
con una acción partidaria. Esto no excluye que si un psicoanalista quiera
participar de un partido político esté, pero no en tanto psicoanalista. En
tanto tal, opera ordenando las fichas de un discurso. En la propia modernidad
de Freud, este tenía que poner primero el discurso de la histérica, el discurso
analizante en funciones para poder operar, es decir que siempre hay un
ordenamiento discursivo. El problema es trabajar con ese discurso "del
capitalista" dándole una
connotación de lucha de color político. Por eso yo lo llevo a la clase del 4 de
mayo del ’72. A Lacan le encantaba hacer esas cosas. La clase del 4 de mayo de
1972 dice: “el discurso capitalista reina en forma irrestricta en los países de
órbita marxista”. Lo que va a decir es que son sociedades relativamente
científicas donde un estado hipertrófico sabría todo lo que necesitamos. Es muy
interesante. Lo que no impide que fueran a los consultorios los psicoanalistas
nos hagamos las preguntas que nos estamos haciendo hoy. Se trata en especial de
ver qué hacemos cuando empiezan a haber familias que no son las familias
edípicas clásicas. De hecho, familias monoparentales, que son la mayoría, madres
solas o padres solos que crían a sus chicos, no podemos pensar que esos chicos
van a ir a la psicosis ni a ningún otro problema. Hay uno falóforo de todas
maneras, el tema es ubicar dónde.
Pregunta:
Silvia, vos hiciste una alusión, y me parece muy
importante, a la cuestión de género y la sexuación, si podrías decir algo de
eso porque lo dijiste muy rápidamente.
Respuesta:
Sí, es una cuestión muy en boga. Hay talleres en la
facultad de psicología, montones de talleres. Todos los años en la UBA, hay un
congreso internacional y tienen la deferencia de invitarme y cada año veo el
programa más talleres sobre despatriarcalización, sobre feminismo, Yo, realmente agradezco a las sufragistas que
permitieron que las mujeres votemos, así como la patria postestad compartida y el divorcio. Les agradezco que a las mujeres
nos hayan dado jurídicamente los derechos que merecíamos. En Francia, hasta los
años 50 las mujeres no podían tener una cuenta bancaria como titulares. El
titular tenía que ser el padre, el marido, el amante, el amigo, el hijo, el
vecino, etc. Claramente, el uno falóforo era patriarcal, caía verdaderamente en
el varón. El problema de ese discurso en una facultad de psicología es que
confunde el discurso jurídico con el discurso analítico. O sea, confunde falo con
pene y padre con hombre, señor con pene que engendró un niño con esa señora. El
falo es un símbolo sagrado, es decir, no es el pene, y padre es una función de
inaccesibilidad de la cosa. Entonces, al pretender no necesitar de esos
ordenadores, al acusar al psicoanálisis de patriarcal olvidan que el
psicoanálisis es el que puso en función el qué quiere una mujer. Le da a la
mujer el rol fundamental de pasar o no pasar el nombre del padre a un hijo: Si
no es pasadora del nombre del padre no va a haber función por más que el padre
grite en la casa. La mujer es la gran custodia y la pasadora del falo. O sea
que hay un malentendido, una confusión de lenguas, es decir, confunden el
discurso jurídico donde se les dio derechos civiles a las mujeres, como así se
les dio derechos civiles a los homosexuales. Si vieron la película Código
Enigma, Alan Turing, que es el que descifra el código nazi, era homosexual. Cuando
la ley ―estamos en 1940 y algo, no estoy hablando de hace cuarenta siglos,
estoy hablando de hace poquito―, cuando descubren que es homosexual, al hombre
que le deben el haber descifrado el código que les permitió haber ganado la
Segunda Guerra Mundial, le dan la opción de la cárcel o la castración química. Alan
Turing ―es el que inventó la computadora, por otra parte― muere porque se
suicida.
Obviamente
los homosexuales merecían un lugar jurídico y los travestidos o los
transexuales merecen un reconocimiento jurídico pero eso no quiere decir que
sean iguales en el sentido estructural. No es ni menos ni mal, es otra cosa que
no se puede homogeneizar porque la globalización no es solo un fenómeno
económico, es pensar que todos somos iguales. Todos somos jurídicamente iguales
pero nadie es igual a nadie. No estoy diciendo que hay una raza superior
―porque yo no pertenecería, además, soy celta no aria―, no es que uno lo diga
porque pertenezca o no pertenezca, sino porque nadie es igual. Somos
jurídicamente iguales, pero no iguales estructuralmente. Y como tos años de
opresión sobre lo que se difama ―el homosexual, el travestido, el transexual―
que bueno, obviamente ahora hay pancartas y bombos.
Lo
cierto es que hay una confusión de lenguas. Los psicoanalistas no podemos no podemos
globalizar las estructuras. Igualmente, los psicóticos tienen derechos civiles,
tienen que tenerlos mientras no violen la ley ni sean peligrosos para terceros.
Eso no significa que sean iguales. Es el malentendido enorme. Es la condición de
la singularidad absoluta del sujeto la
que defiende el psicoanálisis. Jurídicamente con los mismos derechos. El
análisis es una ciencia de lo singular, ni siquiera de lo particular.
Pregunta:
[inentendible
gran parte de la pregunta por problemas con el micrófono] …al análisis en
el sentido de la posibilidad que tenemos de dejar tapar la falta, pensaba como
la posibilidad de una variable, en el sentido de que puede haber una variación.
Si hay una [inentendible por problemas
con el micrófono].
Respuesta:
Escuché casi todo. El cuerpo es el inconsciente. El cuerpo erógeno no es la biología. Hay una
diferencia entre el cuerpo biológico y el cuerpo erógeno. Cuando Lacan, a quien
le encantaba escandalizar, decía "yo pienso con los pies" o "yo
pienso con los pies en la frente", estaba, como siempre, tratando de escandalizar
evidentemente porque era lo que le gustaba vaya a saber por qué, pero es
cierto. El cuerpo erógeno es el inconsciente. Si se transforma en un gadget que vendría a ser tapón de la
falta de relación sexual como un objeto infinitamente manipulable estamos
destratándolo como cuerpo erógeno. Transformar el cuerpo en el gadget del otro que además deseamos que
sea requerido y que sea buscado, es sacarle el carácter sagrado que tendría la
sustancia pensante. Lacan dijo que la gran forclusión de Descartes es mandar el
cuerpo propio a la extensión, es pensar el cuerpo como sustancia extensa. Hay
cuerpo biológico, pero básicamente el cuerpo erógeno es la sede del
inconsciente, entonces debiera suscitar amor aun con sus arrugas y su edad que
pasa. Eso está empezando a perderse. Podemos decir que no sirven los gritos de
alarma ni oponerse a las cirugías estéticas, es absurdo. Si existen cosas que
nos puedan mejorar un poco, bueno. El tema es si sigue manteniendo el cuerpo el
carácter de objeto amable. Cuando digo sagrado, esto quiere decir separado de
los usos profanos ―sacer en latín―. Por eso mismo el
cuerpo, aun muerto, merece las honras fúnebres, el cuerpo sigue siendo la sede
del inconsciente, la morada del sujeto aun después de muerto.
Pregunta:
[Inaudible por
problemas con el micrófono]
Respuesta:
La invariante es mejor conocerla, si no la conocemos
nos va a atacar por sorpresa.
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