"Estoy incómodo, con frío, acompañado por las ratas y la sutil fragancia de un “blend” de orines, incluido el mío...
—Hola Subcomisario.—Hola, Richard Kimble... "
Escrita por AQ Gimenez
Para Diario Literario Digital
Capítulo
36
Espero diez horas escondido en un auto abandonado frente a la casa que los hombres de Peña, disfrazados de asaltantes, habían destrozado. Estoy incómodo, con frío, acompañado por las ratas y la sutil fragancia de un “blend” de orines, incluido el mío.
Cuando veo a los encargados de la fábrica de veneno abandonar el lugar, sé que algo sucedió y Zorrilla no aparecerá. Espero que se alejen y abandono mi puesto de observación. Sigo a uno de los delincuentes que camina solo. Pasamos por una calle solitaria que parece un horrible valle enmarcado por las paredes de chapa acanalada de dos depósitos industriales. Lo electrocuto con el Taser y mientras está sin sentido reviso sus ropas y encuentro un arma. Es una Browning HP 9 mm. Los números y las marcas están limados pero no tengo dudas de que en una previa reencarnación perteneció a un policía. El tipo parece un simple obrero y no me vio la cara, así que no lo mato.
Mi emboscada falló, pero por lo menos ahora tengo dos pistolas.
Tengo que comunicarme con Peña. Estoy seguro que intuye que quiero matar a “El Zorrino” y debo agradecerle que no esté haciendo nada para impedirlo. Pero tampoco puedo pedirle ayuda para eso. Una cosa es salvar inocentes como mi mujer y mi hija o hacer un procedimiento no demasiado legal como el de la procesadora de pasta base.
Matar a un sospechoso es demasiado para un policía honrado.
—Hola Subcomisario.—Hola, Richard Kimble[1], ya tengo a tu mujer y a la hermosa Anastasia custodiadas discretamente por dos de mis mejores hombres. En cuanto al… digamos “allanamiento informal” de la fabriquita de merca de tu amigo, ya lo hicimos. La coca la tiramos a la alcantarilla bajo mi supervisión. ¡Tratá de no meterte en una cloaca de la zona porque las ratas deben estar de la cabeza!
No me animo a decirle que vi todo y esperé escondido la llegada de Víctor Zorrilla para matarlo, pero como el condenado faltó a la cita, necesito saber dónde encontrarlo.Peña no es ningún boludo. Luego de escuchar mi respiración por un par de segundos, me dice:
—Me imagino que querrás encontrarte con “El Zorrino” para agradecerle que haya cuidado a tu familia durante tu ausencia. Voy a tratar de averiguar por dónde anda y te aviso. ¿Estás bien?—¡No! Pero gracias a vos ahora tengo una oportunidad.—¡Si te ponés mimoso te hecho flit!—¡No te preocupes, no sos mi tipo!—¡Ahora me ofendí! —dice con una carcajada y cuelga.
Este tipo me cae cada vez mejor.

[1] Personaje principal de “El Fugitivo”, una famosa serie de los
sesenta, y de una película protagonizada por Harrison Ford.
Continúa en
Para Diario Literario Digital
Una Revista Literaria Online Diferente
Publicar un comentario