"Si bien todavía estamos lejos de las condiciones de otros países, hemos perdido hace años esa tranquilidad casi bucólica de nuestros barrios. Es verdad que los argentinos hacemos fácil la delincuencia porque seguimos viviendo como antes..."
Una Argentina con
DELINCUENCIA CERO
Escrito por La Vincha de la Justicia
(es como la Liga de la Justicia, pero más cerca del cerebro)
Para Diario Literario Digital

Todos en Argentina hablamos de la inseguridad como si fuera algo que apareció de la nada como una lluvia o una nueva epidemia de gripe. Si bien todavía estamos lejos de las condiciones de otros países, hemos perdido esa tranquilidad casi bucólica de nuestros barrios. Y el peligro aumenta día a día...
Es verdad que los porteños hacemos fácil la delincuencia porque seguimos viviendo como antes:
Vamos solos en auto a cualquier hora, los adolescentes andan por la calle a pie por cualquier barrio, movemos efectivo de un lado a otro como traficantes de droga y guardamos valores bajo el colchón como si estuviéramos en la Edad Media.Una de las razones de que esto sea así me la explicó un extranjero al que le habían arrebatado la cámara fotográfica unos segundos antes: Buenos Aires parece tan segura, con tanta gente bien vestida y de aspecto europeo en la calle, que a pesar de todo lo que se dice, uno sigue poniéndose en riesgo.
Las razones del incremento de la delincuencia son muchas: Las políticas de los gobiernos militares y la política neoliberal de los 90 mantuvieron a una franja de la población en un nivel de pobreza alarmante, de la que es muy difícil salir en una generación. El incremento exponencial de la droga, que además del daño directo a los adictos y las guerras entre bandas, genera en forma perversa la única salida fácil de la pobreza extrema. El ingreso de bandas organizadas y sicarios de Colombia, Perú, Bolivia y Paraguay han incrementado en gran medida los porcentajes de crímenes violentos y narcotráfico. Es necesario aclarar que la mayor parte de los habitantes de los asentamientos o villas, nacionales o extranjeros, son pacíficos y trabajadores, pero un porcentaje menor pero importante vive en un mundo de violencia que los hace prácticamente irrecuperables.
Sería una vergüenza que la solución a la famosa inseguridad fuera transformar los barrios ricos en campos de concentración de lujo como en muchos lugares de Brasil, Colombia, etc. Lugares paradisíacos rodeados con alambres de púa y guardias armados hasta los dientes como si esperaran la invasión de los bárbaros ( aunque ahora que lo pienso… es así!).Tiene que haber otra solución. La más efectiva, la única incruenta, que no genera odios ni más violencia es mejorar el nivel de vida de la población, sobre todo la marginada.Mejor comida, mejores viviendas, agua, gas, luz y sobre todo trabajo, siempre han disminuido los porcentajes de delincuencia. Pero eso lleva tiempo y un continuo crecimiento económico.Yo propongo un plan transitorio, pero sencillo, relativamente barato y (creo) sin consecuencias negativas.
Primero
la creación de la Beca Nacional Formativa. (BNF)
El Servicio Militar Obligatorio tenía muchos defectos, poca utilidad práctica como formadora de combatientes (como se vio en Las Malvinas), un exagerado autoritarismo, llevado a límites extremos durante los gobiernos militares y finalmente un gran costo para el Estado.
Pero tenía una gran virtud que ahora se hace notoria. Era una gran escuela para los sectores más desprotegidos de la población. Allí se aprendía a leer y escribir, a vestirse con ropas cálidas en invierno, higiene personal y de los elementos de cocina, a manejar, algunos oficios básicos, a comer comida sana, a hacer deportes, los valores de la disciplina y la organización.Y sobre todo obligaba a codearse con gente de todos los estratos sociales. CONOCER EVITA EL ODIO, por eso todos los ejércitos del mundo prohíben relacionarse con el enemigo… es mucho más difícil matar a quien se conoce. Para recrear lo bueno de ese sistema sin lo malo, debería institucionalizarse entonces una especie de Servicio Civil Obligatorio que funcionaria de la siguiente manera: Se utilizarían cuarteles de las fuerzas armadas en desuso para abaratar costos.
El régimen del programa sería similar a un colegio pupilo o un Liceo militar, con salidas los fines de semana.Estarían exentos los que terminen el secundario y los que puedan demostrar que tienen un trabajo habitual mejor remunerado que el participar del BNF.
El trabajo realizado durante el aprendizaje será pagado con un importe similar al salario mínimo. El ingreso al BNF se haría a los 17 años, si ya hubiese abandonado los estudios o hasta los 21 dependiendo del momento en que se abandonen los estudios o se pierda el trabajo. Durará 3 meses. Durante ese período se le enseñará al Becario un oficio orientado hacia sus aptitudes. Habría actividades deportivas y refuerzo de la educación, sobre todo en lectura ,escritura y computación.Voluntariamente podrá extenderse el período por tres meses más. Los que evadan el BNF, perderán la posibilidad de acceder a planes sociales, trabajos en la administración pública y otras ventajas.
Segundo.
La implementación del plan DELINCUENCIA CERO.
Imaginemos unos funcionarios perfectos, inteligentes e incorruptibles. Ministros, secretarios, policías, fiscales y jueces empeñados en disminuir el delito y mejorar la vida de los habitantes de este país. ¿Por dónde empezar? ¿Qué hacer cuando los actos de violencia, los robos y las violaciones aparecen por todo el mapa del país? ¿Dónde poner los recursos y como evitar las competencias y celos interdepartamentales entre gendarmes, policías federales, provinciales y municipales? Como puede verse aun con funcionarios perfectos e incorruptibles si bien bajaría la delincuencia la población no vería una mejora rápidamente apreciable.
Propongo entonces el
Plan DELINCUENCIA CERO
En lugar de diluir los esfuerzos de los mejores hombres del sistema, sugiero concentrarlos.Mientras se mantienen las fuerzas habituales en las demás localidades del país, el plan consiste en enviar un verdadero seleccionado de fuerzas especiales a un lugar relativamente pequeño y bien delimitado.Esta especie de fuerza pacífica de invasión estaría conformada por fuerzas con poca relación con el manejo habitual de la seguridad en la zona a cubrir. En la capital serían gendarmes, o de prefectura, menos en Puerto Madero donde serían de la bonaerense. En el interior serían policías federales o bonaerenses. En la provincia de Buenos Aires fuerzas de otras provincias etc. Todas las fuerzas participarían pero no en sus zonas habituales.Las zonas serían bien delimitadas y pequeñas en cuanto a población: Barrios de una gran ciudad , pueblos o zonas rurales.Pensemos en Buenos Aires.Se podría empezar con dos barrios, un barrio chico como San Telmo y uno grande como Belgrano. Imaginemos que sorpresivamente por orden de las autoridades nacionales y municipales competentes llega a las comisarias de la zona la orden de seguir con los trabajos administrativos pero abandonando la vigilancia, patrullajes, etc. Simultáneamente desembarca una cantidad importante de Gendarmes con autos, camiones etc. para hacerse cargo de la seguridad del barrio. La intervención duraría en todos los casos un mes, ni más ni menos.
La cantidad de los miembros de esa fuerza especial sería la necesaria para saturar el barrio. Los efectivos de las comisarías de la zona (salvo unos pocos mantenidos como asesores de las fuerzas de Delincuencia Cero) serían enviados a reforzar otras áreas durante ese mes.
La “Fuerza invasora” tomaría el control del barrio y comenzaría a relevar directamente mediante mesas dispuestas en las esquinas las quejas de los vecinos, así como denuncias informales en las que no se tendrá que dejar nombre ni documento sobre delitos que acontecen en la vía pública.Cada esquina del barrio tendría un efectivo durante las 24 horas, con móviles en las principales esquinas y puntos clave. Una línea telefónica especial (D-0) permitirá a los vecinos comunicarse instantáneamente con el operador para que los móviles lleguen en segundos a cualquier dirección del barrio. El objetivo es lograr DELINCUENCIA CERO en ese barrio. Se buscará detener y procesar a los delincuentes que sean capturados, pero aun más importante es prevenir la comisión de delitos y hasta contravenciones. No permitir el robo de un solo auto, negocio, hurto, e idealmente evitar gente durmiendo en la plaza y hasta transeúntes escupiendo en el piso.No sería difícil lograr este objetivo en un lugar acotado y durante un mes.Ud. Se preguntará ¿Y para qué sirve? Si las fuerzas especiales después se van y vuelven los de siempre.Además los malvivientes dejarán la zona por un mes y después volverán. Todo esto es verdad… pero evaluemos las ventajas: El costo a nivel país es mínimo. Los vecinos tendrán cada dos años un mes de “vacaciones” del delito, un momento ideal para viajar, hacer reuniones, negocios, etc. Algunos de los delincuentes serán capturados y otros no volverán.Las conexiones entre los delincuentes con policías corrupto (zonas liberadas, vendedores de droga, desarmaderos protegidos) quedarán expuestos ante los vecinos y los medios y será difícil para los corruptos volver al “Status Quo” anterior luego de terminar la intervención. Pero lo más importante es la competencia que se desarrollará entre las fuerzas del orden. Luego del mes de la intervención, si los que vuelven no pueden sostener al menos un poco de la paz conseguida serán señalados con el dedo inmediatamente. UNA COSA ES DESEAR ALGO QUE PARECE IMPOSIBLE Y OTRA MUY DISTINTA MANTENER ALGO QUE YA SE TUVO PORQUE SE DEMOSTRÓ QUE ES POSIBLE. Veamos el caso de la ciudad de Buenos Aires: Tiene 48 barrios por lo que interviniendo 2 barrios (uno chico y uno grande) por un mes se pude implementar el plan una vez cada dos años. Así se haría con todo el país interviniendo una zona específica cada dos años.Estoy seguro que en poco tiempo la población percibiría la disminución del delito. Y lo mejor del plan es que no es caro y no es difícil de implementar.
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Me parece buena idea pero lo que pasa es que hay mucha gente que se queja pero no hace nada para cambiar y me incluyo, acá es cuestión que cambie la sociedad (argentina)sin ir más lejos los medios(algunos) nos "producen" temor o tal vez precaución con respecto a la delincuencia, yo soy cordobés, y tambien la sufro,como gente de otras provincias.
Aquí no es solo echar "culpa" a políticos o policía ya sean corruptos o no, mas allá que crean tener "poder" (políticos)o que tenga "autoridad" (policías) sobre nosotros y ni que hablar de los jueces (mamarachos) me fui por las ramas, perdón, jaja. Bueno la cuestión que lamentablement nos ha tocado esto, hay que hacer algo para que esto cambie. URGENTE!!!
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